Crímen trafica con tazos y papitas

De plano no. Así no. Oiga usted, mire nomás: Recientemente el equipo de Tacticas Especiales Contra el Crímen Organizado de Turicuató, Michoacán, descubrió en una bodega un arsenal compuesto de 189 armas largas, 33 cortas, 56 medianas, 78 como entre chicas pero no tan grandes, un tanque de color rosita, un lanzagranadas, siete catapultas y una resortera.
Aquí lo sorprendente, como lo pudímos palpar nosotros con nuestras manotas (recuerde usted, calzamos grande) es que dentro de dicha bodega infernal había tazos, dados y cientos de bolsas de papitas con Sabrilana.
No necesitamos de un inútil equipo de científicos de la PGR, que de todas formas núnca le atinan ni a la taza, para saber que nos encontrabamos ante una nueva forma de crímen organizado. La banda conocida como Los vecinos del al lado, un grupo rebelde separado por una cerca de La Familia Michoacana, ha comenzado a ampliar sus peligrosas redes criminales a lo largo y ancho de la comida chatarra. Revenden los tazos de Pokemon, los Loney Tunes y peor, de la WWE (que están bien difíciles de acompletar) a precios brutales en tianguis y mercados chocomileros por toda la República.
Los cuerpos del orden y los cuerpos obesos sospechan que la intención de Los vecinos de al lado es "endrogar" a los niños desde el kinder, y engancharlos en la eterna búsqueda de su colección de tazos. Por cierto, a nosotros nos falta el tazo de John Cenna.